En un mercado automotriz cada vez más desafiante, Porsche anunció modificaciones en su cartera de productos y aplazando desarrollos clave en vehículos eléctricos
El fabricante alemán de automóviles deportivos, Porsche anunció un giro estratégico en su transición hacia la electromovilidad, ajustando su cartera de productos y aplazando desarrollos clave en vehículos eléctricos, en respuesta a un crecimiento de mercado más lento del previsto y a condiciones externas complejas.
A través de un comunicado que el mismo Porsche asegura que está sujeto a despertar riesgos e incertidumbres, informó que sus Consejos Ejecutivo y de Supervisión aprobaron modificaciones significativas a mediano y largo plazo, que incluyen el retraso en el desarrollo de una nueva plataforma de vehículos eléctricos programada originalmente para la década de 2030, así como la extensión de la vida útil de modelos con motores de combustión e híbridos enchufables, incluidos el Panamera y el Cayenne.
Además, Porsche confirmó que su nuevo SUV insignia, que originalmente estaba planeado como un modelo 100% eléctrico, se lanzará inicialmente solo con motorizaciones a combustión e híbridas enchufables, debido a las “condiciones actuales del mercado”.
“Estamos viviendo cambios profundos en el entorno automotriz, razón por la cual estamos reorientando Porsche en todas sus áreas”, afirmó Oliver Blume, CEO de Porsche AG.
“Nuestro objetivo es responder a las nuevas realidades del mercado y a las cambiantes demandas de los clientes”, agregó.
Una demanda eléctrica menor a la esperada y presión financiera
Según el comunicado de Porsche, esta decisión se da en un contexto de desaceleración global en la adopción de vehículos eléctricos, así como un entorno financiero más retador, marcado por aranceles de importación en Estados Unidos, la contracción del mercado de lujo en China y mayores costos de producción.
Hay que tomar en cuenta que aunque la gama actual de vehículos eléctricos como el Taycan y el nuevo Macan eléctrico seguirá recibiendo actualizaciones, la participación de modelos eléctricos (BEV) en las ventas de Porsche se mantendrá estable entre el 20 y el 22% para 2025, sin crecimiento respecto a proyecciones anteriores.
Además, la reprogramación de desarrollos eléctricos implicará depreciaciones y provisiones por hasta 1 mil 800 millones de euros en el ejercicio fiscal 2025, afectando directamente el beneficio operativo. En total, se estiman gastos extraordinarios por aproximadamente 3 mil 100 millones de euros para ese mismo año, vinculados a la reorientación estratégica.
Proyecciones más conservadoras para 2025
Frente a este nuevo panorama de incertidumbre, Porsche ajustó a la baja sus previsiones financieras:
Ingresos estimados: entre 37 y 38 mil millones de euros
Rendimiento operativo de ventas: hasta el 2% (anteriormente 5–7%)
Margen EBITDA automotriz: entre 10.5% y 12.5% (vs. 14.5–16.5% previo)
Participación BEV: entre 20% y 22% (sin cambio, pero sin crecimiento)
La compañía también anticipó que el dividendo propuesto superará el porcentaje habitual del 50% de beneficio neto, aunque el monto total será considerablemente menor al del año anterior.
“Estas decisiones buscan construir una cartera más equilibrada que nos permita mayor flexibilidad y resiliencia”, añadió Blume.
Seguirán las apuestas por otras alternativas
Porsche reafirma que mantendrá un enfoque multitecnología, con una combinación de motores de combustión interna, híbridos enchufables y vehículos eléctricos, mientras adapta su producción a la evolución real de la demanda, no solo a las metas regulatorias o tendencias proyectadas.
Con este replanteamiento, la empresa automotriz alemana busca proteger su rentabilidad a mediano plazo, sin renunciar por completo a su visión eléctrica, pero claramente bajando la velocidad en el camino hacia la electromovilidad total.
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