La ayuda y las armas para Ucrania agitan fuerte a la política italiana

(ANSA) – ROMA 15 NOV – La Liga siempre ha sido "leal" y siempre ha votado en consonancia con Kiev. Pero ante los nuevos y "absolutamente graves" acontecimientos —como la destitución de dos ministros del gobierno ucraniano por corrupción— se necesita claridad, y con urgencia.
Mientras la mayoría cuestiona el nuevo ataque de Matteo Salvini contra Ucrania, su partido frena a quienes ya amenazan con votar en contra de Volodimir Zelensky y su partido cuando se presente la próxima oportunidad.
Esto volverá a ocurrir, sin duda, en pocas semanas, dado que el decreto que autoriza el envío de ayuda (y armas) al país, que se prepara para afrontar su cuarto invierno de guerra, expira a finales de año y probablemente deberá renovarse en Italia.
En el Palazzo Chigi, observan lo que se califica de escaramuzas entre aliados, alimentadas en parte por el clima de la campaña electoral previa a la última vuelta de las elecciones regionales en la Península. Por supuesto, el escándalo de corrupción desatado en Ucrania no era necesario, argumentan los asesores de Giorgia Meloni, pero esto no ha afectado la postura de Italia, que sigue respaldando firmemente a Kiev.
El escándalo es sin duda "preocupante" —una valoración que la primera ministra expresó, según se informa, en un breve intercambio con sus viceprimeros ministros, entre bastidores en Nápoles—, pero no es particularmente "nuevo", recalcan, señalando que otros ministros ucranianos han sido destituidos en el pasado, e incluso hubo un retroceso en la ley durante el verano, que fue considerada (por Bruselas y la opinión pública ucraniana) un ataque a la independencia de los organismos anticorrupción.
Y que, como también señaló el canciller Antonio Tajani, es uno de los temas más delicados en el camino hacia la adhesión a la UE. Pero para Roma, con la guerra de agresión rusa aún en curso, nada cambia.
Este concepto se reiterará el lunes en el Palacio del Quirinal, durante la reunión del Consejo Supremo de Defensa, presidido por el presidente Sergio Mattarella. Ucrania será uno de los temas centrales, y se espera que el gobierno informe sobre las decisiones que se tomarán en los próximos meses.
Como es habitual, se analizarán las principales amenazas que pesan en el panorama internacional, no solo las específicamente militares, sino también las cibernéticas, así como las contramedidas que se adoptarán.
Mientras tanto, se trabaja en el duodécimo paquete de armamento, que, según el viceprimer ministro de la Liga Norte, está prácticamente finalizado, pero aún no está listo para su presentación ante la COPASIR (Comisión de Revisión Parlamentaria italiana).
La comisión aclaró que todavía no se ha recibido información ni la solicitud habitual de audiencia (del Ministerio de Defensa, no del Ministerio de Asuntos Exteriores) sobre el nuevo paquete de ayuda militar que se enviará a Ucrania.
Es cuestión de días, un simple fallo de comunicación, que, sin embargo, no ha pasado desapercibido para el miembro más abiertamente escéptico de la Liga Norte, Claudio Borghi. "Tajani no está calificado para informar a COPASIR; haría bien en actuar con cautela", escribe en una extensa publicación, adjuntando su declaración ante el Senado en enero de este año, reiterando que no votará a favor de otro decreto marco para continuar el suministro al ejército ucraniano. Esta es una postura personal, no la del partido, que actualmente solo exige una aclaración urgente de la situación en Kiev, ante la preocupación, expresada por Salvini, de que el escándalo "cercano a Zelensky" pueda extenderse.
Enviar ayuda "para defender a civiles y ayudar a niños, y saber que parte de esta ayuda termina en villas en el extranjero, en cuentas bancarias suizas y en gabinetes dorados, es preocupante e inquietante", insiste el líder de la Liga.
Pero una cosa es expresar una duda en voz alta y, al mismo tiempo, marcar una postura, distanciarse, razonan los demás partidos de la mayoría. Otra muy distinta, y mucho más grave, sería manifestarse en contra en el momento de la votación. Sin embargo, ninguno de los aliados cree que la Liga pueda llegar tan lejos, ya que eso significaría desencadenar una crisis de gobierno. (ANSA).
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